La charla comienza sin apenas presentación, evitando los agradecimientos y otros rituales protocolarios propios de este tipo de eventos. “había pensado que esto podía empezar de esta forma” (citando a Cuqui Jerez).
A partir de aquí podría intentar hilvanar los apuntes que tomamos y reconstruir lo mostrado en formato escrito, pero creo que será poco útil, sin embargo, sí que hay algunas nociones que quizá es interesante poner sobre la mesa en algún momento, aunque sólo sea para desestimarlas segundos más tarde. Todas ellas fueron formuladas de forma absolutamente desenfadada, y en ningún momento tuve la sensación de que las mencionase ateniéndose a la interpretación que plantearé.
La presentación de Job consistió fundamentalmente en un repaso por sus proyectos hilándolos a través de un concepto que el recogió bajo la palabra “épica” y definió como “aquello que el ser humano hace con la única finalidad de sentirse orgulloso de aquello realizado”. Esta noción es fácil de vincular con otros conceptos tales como expectativa o proyecto, y es asumible que en un proceso de estas características se pongan en marcha sensaciones como deseo, pasión, ansia... tan mencionados en clase.
Puede parecer un poco críptico, pero si se pone algo de carne propia en el asador la lectura resultante es rica y esclarecedora.
Algunos ya conocéis los proyectos de Job (es profesor de la casa). Yo no lo conocía ni a él ni su trabajo, y aunque por su actitud diría que es poco probable que pretenda hablar de relaciones humanas, me cuesta creer que articule su discurso en torno a los árboles sin tener en cuenta el paralelismo que existe entre árbol y ser humano.
Partiendo de esta base un proyecto como Un altre paradís sense clavegueram (cuya fase central consiste en la extracción de un haya de su hayedo, su trasplante en una sala de exposiciones y el sometimiento de esta a una suerte de efectos artificiales y artificiosos que simulan un ciclo solar comprimido en 6 minutos) o la frase QUI VA DOMESTICAR LA PRIMERA PLANTA? grabada en un plafón de DM, resultan cuando menos sugerentes, y remitentes a un tipo de relación humana ampliamente estudiado durante las últimas décadas (y que yo no sacaría de la mesa).
Seguramente el “ya había imaginado esto, pero no lo había imaginado así”
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